El Padre Félix Levín asume la dirección de Salesianos La Serena a partir de este año 2024.

Nació en Valdivia el 17 de febrero de 1981. Estudió toda la escolaridad básica y media en el Instituto Salesiano de Valdivia y con 17 años ingresó al Seminario Salesiano.

Fue ordenado sacerdote el 7 de noviembre de 2009, momento en el que comenzó a trabajar en la casa de formación.

Su rol en el establecimiento, de acuerdo a sus palabras, corresponde a acompañar, evangelizar y servir. “Acompañar personas en su trabajo para poder generar un ambiente donde no solo los jóvenes sepan que están creciendo, sino que todos quienes componen la comunidad educativa estén empapados con el aprendizaje”, comenta.

Por otro lado, agrega que “evangelizar tiene que ver con lo importante y esencial del carisma salesiano, que es poder llevar a Dios a quienes lo necesitan, y en ese sentido creo que es lo más difícil, porque para llevar a Dios hay que vivirlo uno en primera persona”.

“También me define el servir, el servicio, entregar aquello que tengo, aquello que hay en mí y ponerlo a disposición de personal, los educadores, los muchachos”, esgrime.

¿Cuáles son sus expectativas con el rol que va a cumplir en La Serena?

Yo creo que, en primer lugar, tenemos que no tener miedo a soñar en grande. Habitualmente nosotros, los seres humanos, nos da miedo soñar en grande, soñar que podemos dar lo mejor para poder brindar a los muchachos una educación de calidad a quien está en este colegio. Esa es una expectativa alta y tenemos que trabajar con la parte técnica, pedagógica, también con el apoyo, para que el muchacho pueda recibir de mejor manera estos aprendizajes y eso es importante.

¿Cuál es su opinión sobre directivos, docentes y estudiantes?

Me parece que son personas con muy buena preparación en lo suyo.

En primer lugar, es muy positivo; significa que todo lo que se ha venido haciendo está bien.

Los profesores, en tanto, he podido sentir que son muy llanos. Estoy conociéndolos, pero me parecen personas que están ahí con un sentido importante de la educación trabajando en el aula.

Con respecto a los estudiantes, veo muchachos contentos de estar en su colegio, contentos de soñar que su vida va a tener un futuro importante, y eso me tiene muy contento.

¿Cuáles son sus hobbies?

Leo mucho, pero siento que no tanto como podría.

Hoy estoy concentrado en la tesis, por lo que solo estoy con temas particulares de ética contemporánea, de un autor danés llamado Søren Kierkegaard, el que no tiene el mismo ritmo de lectura que una novela, o de cualquier otro tipo de literatura u otro género, ya que la filosofía hay que masticarla. Este autor en particular me costó leerlo, lo leí lentamente, lo profundicé en aproximadamente 10 meses.

Si es sobre otros temas, me gusta leer novelas de psicología, me gusta la literatura junguiana, temas filosóficos, de otro estilo.

¿Algún libro de cabecera?

La Biblia, la leo mucho y siempre la estoy releyendo, algo que tiene que ver con lo que hago y con mi propia fe.

Ahora, si es que tengo que elegir otro, recomiendo mucho Zaratustra, pero solo para quienes estén realmente metidos en el mundo de la filosofía.

¿Y aparte de la lectura?

Me gusta el deporte, fundamentalmente lo que tiene que ver con caminatas o entrenamiento en lo que es hombro o piernas.

Además, me gusta mucho la música, disfruto mucho de cantar, sobre todo canciones de repertorio latinoamericano, rock latino, sobre todo lo que es el rock nacional argentino: tengo una banda donde cantamos canciones de Fito Páez, Charly García, Spinetta, y otros.

Lo interesante de estos autores es que hay que entenderlos, porque no son solo personas que están cantando, sino hay todo un manifiesto detrás.

A eso sumo que también soy admirador de dos grandes de la trova española, que son Serrat y Joaquín Sabina, donde este último es el que más me gusta. Serrat es un músico de primera, con mucho contenido y muy buena interpretación en sonidos musicales, mientras que Sabina tiene canciones muy buenas, con poesía, armonía, tiene vida, son como libros, historias que realmente no se cómo lo hace para transformarlas en canción.

Lo contradictorio, eso sí, es que me encanta cantar, pero no llego al tono de Sabina, por lo que no me es posible cantar como el artista que más me gusta.

Finalmente, ¿cuál sería su mensaje a la comunidad?

No abdicar en la misión de hacer el bien. Porque hacer el bien cansa, mucho, agota, y uno puede dejar de hacer el bien, porque incluso nos podemos pegar de salud. Aun así, entre todos podemos continuar en la tarea de hacer el bien, hacernos bien unos con otros y poder mejorar la realidad que tenemos, que es buena, seguir subiéndole el nivel.