
En un ambiente de acogida y fraternidad, el viernes 7 de marzo celebramos una emotiva liturgia, en la cual apoderados nuevos, estudiantes y educadores recibieron la bendición de inicio de año, que no solo simboliza el inicio de su camino académico, sino también su incorporación a un proyecto educativo inspirado en el legado de San Juan Bosco.
El encuentro fue presidido por el Padre Félix Levin, director de la Presencia Salesiana en La Serena, quien destacó la importancia de esta ceremonia como un acto de fe, compromiso y comunidad. "Don Bosco los estaba esperando. Gracias por creer en nosotros y en nuestro Proyecto Educativo Pastoral. ¡Sean bienvenidos!", expresó el Padre Félix en sus palabras de apertura.
Una familia que acoge y educa en la Fe
La ceremonia estuvo marcada por un fuerte sentido de identidad y pertenencia, reflejado en los mensajes de bienvenida y en los compromisos asumidos tanto por los estudiantes como por sus familias. "Nuestra comunidad se distingue por ser una casa que acoge con cariño y donde cada joven encuentra un ambiente de apoyo y crecimiento", señaló uno de los guías de la celebración.
Durante el acto, los alumnos, de pie y con convicción, respondieron con un rotundo "Sí, prometo", comprometiéndose a asumir con responsabilidad su formación académica y su crecimiento en la fe. Del mismo modo, los padres y apoderados reafirmaron su papel fundamental como primeros educadores y evangelizadores de sus hijos.
"Este compromiso es un recordatorio de que educamos con el corazón, siguiendo el modelo de Don Bosco, quien nos enseñó que la educación es una obra de amor", agregó el Padre Félix.
Un encuentro con Dios y con María Auxiliadora
La liturgia también incluyó la Consagración a María Auxiliadora, reconociéndola como la guía espiritual de la comunidad salesiana. "Ella lo ha hecho todo", solía decir Don Bosco, y con esa misma confianza, los alumnos y educadores se encomendaron a su protección, sellando su integración a esta gran familia.
El acto culminó con la bendición y el envío, un momento cargado de emoción en el que el Padre Félix y la comunidad religiosa salesiana extendieron sus manos sobre los estudiantes y sus familias, invocando la protección divina para este nuevo ciclo que inician.
"Que este sea un año de crecimiento, de aprendizajes y de alegría, porque aquí no solo formamos estudiantes, sino personas comprometidas con la sociedad y con el Evangelio", concluyó el director.
Un nuevo comienzo con Espíritu Salesiano
Con un fuerte y cariñoso aplauso, la comunidad despidió esta emotiva celebración, reafirmando el compromiso de continuar la misión de Don Bosco: educar con amor, fe y alegría.
Con esta bendición, los nuevos estudiantes de los séptimos básicos, además del 8° básico E, inician su camino en un colegio que no solo los formará académicamente, sino que también los ayudará a descubrir su vocación, fortalecer su fe y construir un futuro con valores sólidos.
¡Bienvenidos a la casa de Don Bosco!
Puedes ver las imágenes de la jornada en este enlace.